Reapertura de las Embajadas acerca más a Cuba y EE.UU
Cuba y Estados Unidos volvieron a ser oficialmente amigos un segundo después de que el reloj marcó la medianoche.
Sus respectivas Oficinas de Intereses de la embajada en La Habana y Washington pasarán a ser embajadas plenas y sus jefes de misión pasarán a ser encargados de negocios.
Así, los gobiernos presididos por Raúl Castro y Barack Obama cerrarán la primera etapa del deshielo, la más fácil. Después cabe esperar otra etapa “larga y compleja en el camino hacia la normalización de relaciones”, como el mandatario cubano reiteró el pasado día 15 ante el plenario del Parlamento.
Desde La Habana, encabezados por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, viajarán a Washington más de 30 de funcionarios, políticos, empresarios y artistas (como el cantautor Silvio Rodríguez y el pintor, dibujante y grabador Alexis Leiva ‘Kcho’), y testimoniarán para el izado de la bandera. Para el canciller, que ha estado varios años en la sede de la ONU en Nueva York, será su primera estancia oficial.
Un acto similar se realizará en la capital cubana, pero se desconoce cuándo ocurrirá. En los mentideros diplomáticos se comenta que será antes de que concluya julio. Se espera la presencia del secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
Según lo dicho desde Washington, Kerry quiere estar allí para el importante evento de la izada de la bandera y la presentación del nuevo rótulo de la sede. “Legalmente la embajada comienza a oficiar desde este lunes, pero hemos pospuesto estos eventos, que son muy relevantes, para un futuro cercano”, dijo un funcionario del gobierno de la nación norteamericana.
El subdirector general de Estados Unidos en la cancillería cubana, Gustavo Machín, confirmó que Kerry recibirá a su homólogo cubano durante su permanencia en territorio de la nación que cortó lazos con la isla comunista en 1961 y un año después impuso unilateral mente el embargo económico, que los cubanos llaman bloqueo.
En la capital cubana, el gran edificio de cemento y cristal está preparado. De su puerta se retiró la placa de bronce que lo identificaba: ‘Embajada de Suiza’, y debajo la precisión ‘Sección de Intereses de Cuba’.
El mástil espera erguido asomado al malecón y a la ‘tribuna antiimperialista’. Este espacio, a tono con los nuevos aires, ha perdido el apellido político para ser identificada solo como ‘Línea y Malecón’.
El actual jefe de la misión, Jeffrey DeLaurentis, será encargado de negocios hasta que se designe embajador en propiedad, lo mismo que José Cabañas en Washington. Ante las “complejidades” –según Machín– del sistema estadounidense para designar embajador, se anticipa una larga estancia en la isla del más alto oficial de la administración Obama.
Aunque la intención del mandatario es nombrar pronto a un embajador en La Habana, es poco probable que este supere la confirmación del Congreso, donde un grupo de republicanos de origen cubano- americano continúa rechazando los acercamientos con el régimen de los Castro. Y la isla probablemente tampoco lo haga hasta que en EE. UU. no se supera este impasse.
Machín recalcó la posición oficial de la mayor de las Antillas, también expuesta por el general Castro: para la normalización total se necesita “levantar el embargo”, “devolver el territorio de la base de Guantánamo”, cesar “transmisiones radiales y televisivas ilegales”, “eliminar programas que promueven la subversión y la desestabilización” y compensaciones al pueblo cubano por “daños humanos y económicos”.
Mientras esas condiciones se negocien o se cumplan, Raúl Castro apeló a que su homólogo estadounidense “continúe usando sus facultades ejecutivas” para “desmantelar” políticas que “causan daño y privaciones a nuestro pueblo”. Pero también del otro lado del Estrecho de Florida también hay reclamaciones. Un grupo muy importante de personas sigue pidiendo una millonaria indemnización que piden personas por las propiedades que les fueron expropiadas tras el triunfo de la revolución.
En Washington
A la ceremonia de reapertura de la legación diplomática cubana en Washington han sido invitados unos 500 estadounidenses, entre los que figuran congresistas, académicos, líderes religiosos y miembros de ONG. Por supuesto, ni la representante Eliana Ross Lehtinene ni el senador Marco Rubio, dos enconados críticos de los acercamientos, han sido invitados pues, como dijo Machín, “usted no invita a su casa a aquellos que quieren hacerle daño”.
La administración Obama estará representada por un pequeña comitiva liderada por la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson. La funcionaria, como se recordará, ha encabezado las negociaciones con Cuba desde que Castro y Obama sorprendieron al mundo en diciembre pasado cuando anunciaron su intención de normalizar relaciones.
Desde que el proceso comenzó hace seis meses, los negociadores han logrado concretar una serie de acuerdos mínimos que permitieron el restablecimiento de relaciones. Entre ellos, el acceso del gobierno cubano a la banca de EE. UU. y nuevas reglas de funcionamiento para sus sedes. Así mismo, Washington dio pasos unilaterales que allanaron el camino como excluir a la isla de la lista de organizaciones terroristas y la emisión de acciones ejecutivas que suavizaron el embargo.
Cuba y Estados Unidos volvieron a ser oficialmente amigos un segundo después de que el reloj marcó la medianoche.
Sus respectivas Oficinas de Intereses de la embajada en La Habana y Washington pasarán a ser embajadas plenas y sus jefes de misión pasarán a ser encargados de negocios.
Así, los gobiernos presididos por Raúl Castro y Barack Obama cerrarán la primera etapa del deshielo, la más fácil. Después cabe esperar otra etapa “larga y compleja en el camino hacia la normalización de relaciones”, como el mandatario cubano reiteró el pasado día 15 ante el plenario del Parlamento.
Desde La Habana, encabezados por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, viajarán a Washington más de 30 de funcionarios, políticos, empresarios y artistas (como el cantautor Silvio Rodríguez y el pintor, dibujante y grabador Alexis Leiva ‘Kcho’), y testimoniarán para el izado de la bandera. Para el canciller, que ha estado varios años en la sede de la ONU en Nueva York, será su primera estancia oficial.
Un acto similar se realizará en la capital cubana, pero se desconoce cuándo ocurrirá. En los mentideros diplomáticos se comenta que será antes de que concluya julio. Se espera la presencia del secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
Según lo dicho desde Washington, Kerry quiere estar allí para el importante evento de la izada de la bandera y la presentación del nuevo rótulo de la sede. “Legalmente la embajada comienza a oficiar desde este lunes, pero hemos pospuesto estos eventos, que son muy relevantes, para un futuro cercano”, dijo un funcionario del gobierno de la nación norteamericana.
El subdirector general de Estados Unidos en la cancillería cubana, Gustavo Machín, confirmó que Kerry recibirá a su homólogo cubano durante su permanencia en territorio de la nación que cortó lazos con la isla comunista en 1961 y un año después impuso unilateral mente el embargo económico, que los cubanos llaman bloqueo.
En la capital cubana, el gran edificio de cemento y cristal está preparado. De su puerta se retiró la placa de bronce que lo identificaba: ‘Embajada de Suiza’, y debajo la precisión ‘Sección de Intereses de Cuba’.
El mástil espera erguido asomado al malecón y a la ‘tribuna antiimperialista’. Este espacio, a tono con los nuevos aires, ha perdido el apellido político para ser identificada solo como ‘Línea y Malecón’.
El actual jefe de la misión, Jeffrey DeLaurentis, será encargado de negocios hasta que se designe embajador en propiedad, lo mismo que José Cabañas en Washington. Ante las “complejidades” –según Machín– del sistema estadounidense para designar embajador, se anticipa una larga estancia en la isla del más alto oficial de la administración Obama.
Aunque la intención del mandatario es nombrar pronto a un embajador en La Habana, es poco probable que este supere la confirmación del Congreso, donde un grupo de republicanos de origen cubano- americano continúa rechazando los acercamientos con el régimen de los Castro. Y la isla probablemente tampoco lo haga hasta que en EE. UU. no se supera este impasse.
Machín recalcó la posición oficial de la mayor de las Antillas, también expuesta por el general Castro: para la normalización total se necesita “levantar el embargo”, “devolver el territorio de la base de Guantánamo”, cesar “transmisiones radiales y televisivas ilegales”, “eliminar programas que promueven la subversión y la desestabilización” y compensaciones al pueblo cubano por “daños humanos y económicos”.
Mientras esas condiciones se negocien o se cumplan, Raúl Castro apeló a que su homólogo estadounidense “continúe usando sus facultades ejecutivas” para “desmantelar” políticas que “causan daño y privaciones a nuestro pueblo”. Pero también del otro lado del Estrecho de Florida también hay reclamaciones. Un grupo muy importante de personas sigue pidiendo una millonaria indemnización que piden personas por las propiedades que les fueron expropiadas tras el triunfo de la revolución.
En Washington
A la ceremonia de reapertura de la legación diplomática cubana en Washington han sido invitados unos 500 estadounidenses, entre los que figuran congresistas, académicos, líderes religiosos y miembros de ONG. Por supuesto, ni la representante Eliana Ross Lehtinene ni el senador Marco Rubio, dos enconados críticos de los acercamientos, han sido invitados pues, como dijo Machín, “usted no invita a su casa a aquellos que quieren hacerle daño”.
La administración Obama estará representada por un pequeña comitiva liderada por la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson. La funcionaria, como se recordará, ha encabezado las negociaciones con Cuba desde que Castro y Obama sorprendieron al mundo en diciembre pasado cuando anunciaron su intención de normalizar relaciones.
Desde que el proceso comenzó hace seis meses, los negociadores han logrado concretar una serie de acuerdos mínimos que permitieron el restablecimiento de relaciones. Entre ellos, el acceso del gobierno cubano a la banca de EE. UU. y nuevas reglas de funcionamiento para sus sedes. Así mismo, Washington dio pasos unilaterales que allanaron el camino como excluir a la isla de la lista de organizaciones terroristas y la emisión de acciones ejecutivas que suavizaron el embargo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario